jueves, 4 de diciembre de 2008

Premios desiertos y el "ninguneo"

Porque las novelas eran buenas “hasta la mitad”, y no representaban una propuesta literaria, declararon desierto el IV Premio Tusquets de novela. Los participantes deben estar molestos pero a mí me parece una medida saludable que honra al jurado y elimina la nube de sospecha alrededor de los grandes premios de narrativa que, según dicen, están asignados —previa intervención de agentes literarios y componendas amistosas— con anticipación. Jorge Edwards, Elmer Mendoza, Juan Marsé, Almudena Grandes y Beatriz de Moura no se entusiasmaron con las obras que leyeron y no creo que, como ocurre a veces en México, sean acusados de soberbios o de “ningunear” a los participantes, palabras que mereció el jurado del Premio de Poesía Aguascalientes 2008 por un fallo similar.

Lo cierto es que hay muchas formas del ninguneo o, tal vez, esta palabra es sólo una forma del resentimiento bilioso. Uno de los recuerdos más claros de mi infancia tiene sitio en la casa de mi abuela paterna donde pasaba algunas vacaciones decembrinas. Era una casa de pueblo edificada, sin embargo, en la ciudad de México: patio interior, construcción en L, una pequeña fuente, higueras, ciruelos, rosales y un letrero discreto pero visible que, adosado a la reja de entrada, permitía a los visitantes leer: “Esta casa es un hogar católico. No se admite propaganda protestante ni de otras sectas”.


La página de Tusquets que informa sobre la manera de presentar originales se parece a la casa de mi abuela. Al final de las recomendaciones se advierte al visitante que “la editorial no acepta el envío de poemarios, obras teatrales, y antologías de aforismos no solicitados, por lo que declina mantener correspondencia sobre el particular.”


1 comentario:

Sonic Reducer dijo...

Tanta advertencia de Tusquets debe ser a los necios que recuerdan aún esos preciosos "Cuadernos Ínfimos" con portada plateada y cuyo catálogo provocaba salivaciones extremas. Ahora esa editorial, al menos en su vertiente mexicana, sólo busca novelas que den un glorioso campanazo. Que con su pan se lo coman.
Saludos