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Xalapa, diciembre, 2012 |
Allá en
Cosamaloapan —largo, erguido,
su nombre
en la pradera—mi madre vio un collar
de abejas
en su cuerpo. Amplia fue la carrera para caer
al río.
Levantada la falda, a horcajadas
la lisa
piedra inerme devino su montura.
Y allí
pasaba el río, entre sus pies desnudos.
Cantaba.
Sobre el lío de las aguas
modulaba
su voz, reuniendo con su timbre
las
vocales precisas del llamado.
Las abejas
se fueron y llegamos nosotras,
eludiendo
ese polen de flores amarillas,
saltando
sobre el estiércol blando de las vacas.
Fiesta de
papalotes,
así es
Cosamaloapan —largo,
erguido,
el cuello de mi madre.
de Luz de la materia, Era, 2010.