sábado, 28 de marzo de 2009

Elogio del homenaje



Los que dicen que en México no tenemos memoria, se equivocan. (No me refiero, por cierto, a la exoneración de Luis Echeverría). El silencio alrededor de los escritores, de su obra y trayectoria, es algo que no existe y aquella historia del “ninguneo” que tanto molestaba a Paz es falsa. Baste ver cómo la patria generosa reconoce a sus hombres (y mujeres) preclaros.

También es mentira que la patria sea iletrada; que nunca haya atendido las propuestas de sus escritores es un infundio. Es lenta pero segura. En 1985, Zaid se preguntaba ¿Por qué hay años cargados de homenajes, y otros casi vacíos?” Antes de analizar, tabla mediante, las razones por las cuales la “mafia de los nacidos en 4” se imponía en la celebración de homenajes, aseguraba que “si las personas homenajeables son como el resto de los mortales por lo que hace a sus natalicios, el número de homenajes por año debería ser estable, con tendencia a ir creciendo, ni más ni menos que la población”. Eso, que no era vaticinio, sino sesudo análisis, ha sido cumplido. Como somos muchos, son muchos los homenajes. Sin embargo, y para compensar los errores que los padres cometieron al no anticipar un posible reconocimiento a su retoño, a la espera de que llegue el día, se celebran también los cumpleaños de los libros.

Claro que según el sapo es la pedrada de la fiesta. No es lo mismo que tu libro cumpla 20 años a que cumpla 50. Tampoco pueden compararse los 80 años de un “Juan de su madre” que por ahí escribió tres libros de poemas en oscuras editoriales del “interior de la república”, que los robustos ochenta del autor de “El tuerto es rey”, cuyo homenaje nacional ocupó un presupuesto tan generoso que se hubieran podido construir varias casas (de interés social) con él.

En ese mismo artículo, Zaid hizo una sugerencia que algún día, estoy segura, se verá cumplida:

Hoy que la ciencia y la cultura se han vuelto cosa administrativa, no estaría de más profundizar esta demografía de la celebridad, como una disciplina de apoyo a la planeación cultural. (...) En una etapa superior, la planeación demográfica de la celebridad podría llegar al seno materno. Así como se han logrado especies enanas, que facilitan el trabajo de las cosechadoras mecánicas, habría que lograr vientres que vayan depositando mexicanos homenajeables en proporciones estandarizadas presupuestalmente año con año. Eso optimizaría la programación de homenajes, el aprovechamiento de instalaciones, la movilización de asistentes y, desde luego, el presupuesto.

Yo me encuentro en el limbo generacional. Ya no soy “joven creadora”, mi primer libro es tan viejo y tan malo que ya olvidé cuándo se publicó. Así que, como me falta poco para cumplir el medio siglo, propongo que se recorran los homenajes para celebrar los dorados cincuenta. Sé que la patria generosa quizá haga caso a mi reclamo cuando esté por la centena, pero al menos tengo una ilusión duradera.

Pero este post tenía otro propósito: hacer visible la atención que el país brinda a las palabras de esos que siempre se andan quejando porque nadie les hace caso: los poetas. Hace más de cien años, en sus Fuegos fatuos, Amado Nervo decía:

Los mexicanos tenemos una vanidad literaria, irritable, vidriosa, quebradiza. Entre mentarle la madre a alguno o decirle que su prosa es infumable, escojamos sin vacilar lo primero… (...)Yo de mí sé decir, que aunque indigno pecador y mala persona y todo, he tomado mi partido. He escondido en lo más recóndito de mi alma mi pesimismo ingénito, heme plantado en el caballete de la nariz lentes de aumento, y todo lo veo grande, incomparablemente hermoso. Acepto incondicionalmente hasta los ingenios más problemáticos y (...) llevo por norma este gran principio de gramática parda literaria: no escribir acerca de nadie si no puedo elogiarle.

Así la patria.

2 comentarios:

Ibán de León dijo...

Disfruto mucho las entradas del blog, para desgracia mía éstas son muy escasas. Cada vez que entro espero encontrar alguna nueva. Muchos saludos y gracias por escribir.

Alberto Espejel Sánchez dijo...

por lo mismo podría escribir yo mucho sobre usted, mujer malva

su blog tiene una vibra cálida, será usted escritora pero parece más bien una amiga en potencia

o debe ser que su oficio la ha llevado a ser humanista: entonces recrea lo humano (el humor, la inteligencia, la comprensión, la referencia, el reconocimiento) de forma tal que se siente un abrazo metafísico, un encuentro de intelectos, un diálogo que incita a seguir dialogando

vale, creo que sólo quería saludarla y decirle que me fascinó su blog, no la conozco como poeta, pero ya lo haré gracias a, pues, gandhi, supongo